El terreno está listo, las semillas seleccionadas, hay un buen clima, las condiciones son favorables, es el tiempo apropiado para que lo que va ha sembrar se reproduzca y te de ganancias.
Colócale el nombre a tu siembra y hazlo en el nombre de Jesús, porque el se encargará del control de plagas, malezas, mal tiempo, y de cualquier destructor que se levante en medio del día o de la noche, contra lo que tu confiaste en él.
Llénate de fe, ocupa todo el territorio con la siembra, que apenas pueda caminar por los trillitos, no dejes lugar para otras cosas, oye la voz de Dios.
Esta siembra tiene garantía, desde 30% para el menor, de un 60% para el del medio y hasta un 100% para el mayor.
La decisión es tuya, obedece la voz de tu corazón, viene una gran cosecha y no te puede quedar fuera.
Señor mira cada siembra, tú conoce su nombre y el terreno, permite que con gozo se recojan las gavillas, en el nombre de Jesús. Amen.
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